Me trajeron a este mundo en 1975 y me pusieron por nombre Efraín. Fue tiempo después que tomé consciencia de mí mismo, aunque no sé qué día ni como. Desde ese entonces he tomado el timón de mi vida. Lo he hecho bastante mal.
Desde pequeño me han enseñado muchas cosas sobre Dios y fui un estudiante algo mediocre, pero aprendí. No es humildad, porque no me enorgullezco, en todos los ámbitos de estudio siempre iba a por el mínimo esfuerzo. Gracias por todos los que se empeñaron en que aprendiera. A los once años, más o menos, en mi habitación hablé con Dios y le dije: vale, acepto lo que cuentas. El miedo a cosas como la muerte de mis padres jugó mucho aquí. A los dieciséis tuve otro diálogo con él, bastante más honesto, y le dije: vale, te dejo el timón. Pero me sigo resistiendo y a veces doy bandazos.
Desde joven me he zambullido en aprender sobre la Biblia, sobre vivir en la vida cristiana, teología y cosas así. Pero hasta el día de hoy no soy experto en nada. No tengo terminado estudios teológicos (aunque estoy intentándolo por segunda vez ahora), no tengo ningún master, no soy especialista de nada, no sé ni griego ni hebreo (un poco inglés y francés en todo caso). Sigo siendo un alumno, un discípulo y espero que algún tipo de título que reciba no cambie eso. Pero me alegraré de tenerlo.
Sí, tengo pasión por descubrir la vida en Cristo. Claro que hasta no hace tanto no sabía ni decirlo de esta forma. La pasión ha ido en aumento, y ha sido un regalo. Si de algo trato de aprender es a vivir la vida abundante que Cristo ha prometido. Y de eso espero que este lugar pueda ofrecerte algo.
Esto no ha sido un camino solitario, acompaño en esta vida a mi mujer, a mis dos hijos, a mis padres, a mis hermanos, a mis amigos. Algunos de ellos aman a Dios y camino junto a ellos. Otros no y el deseo de Dios es que lo estén, lo sé. Y claro que yo deseo lo que desea Dios, que en este caso es fácil.
Por último, por ahora cuento algo de mi historia aquí, pero espero que seamos más y entonces contaremos algo diferente.
A Dios sea la gloria y que Dios se glorifique en ti, que estás leyendo esto.
La historia de este proyecto tiene que ver con mi propia historia. La idea surge por un empuje no consciente de amigos míos. En el transcurso de los años he dedicado tiempo a enseñar sobre lo que yo mismo voy aprendiendo de la Biblia, que prefiero llamar “Las Escrituras”.
Algunas respuestas que me han dado es “saber acercar lo que dice la Biblia a nuestra vida real”. En un estudio concreto sobre cómo el evangelio puede afectar nuestra vida cotidiana, alguien me dijo: “en el tiempo que estudié en un seminario, no había escuchado hablar de esta forma del evangelio”. Son sólo dos muestras.
Por otro lado, otros amigos me animaban a hacer algún podcast, o algún blog. Por bastante tiempo me negué a hacerlo, pero supongo que Dios fue dejando que esas cosas cayeran en mi mente, y pasados algunos años empezó a formarse en mí la idea de reflexionar más concretamente sobre cómo afecta lo que aprendemos de Dios en nuestra vida.
Creo que fue a finales de 2018 que empecé a comentar con algunos amigos y familia la posibilidad de hacer este proyecto. Todos ellos me animaron a iniciarlo. Con cierta prudencia empecé a pensar y organizar un posible material y empecé a compartir con otros las ideas. El resultado se está dando ahora, aunque aún falta mucho por organizar y crear, espero tener la constancia de avanzarlo lo más posible, y si Dios me lo permite, terminarlo. Si no es así, espero poder dejar lo suficiente para que otros puedan continuar el trabajo.