En la Biblia se habla de la vida de diferentes formas, según el contexto, según lo que se está hablando. Y podemos encontrar al menos 3 formas de hablar de vivir.
La primera es la vida fisiológica, la vida física. El cuerpo está vivo o está muerto.
La segunda es una vida en cuanto al estilo, lo que hacemos, la conducta, la ética, cómo vivimos. Si vivimos para el bien o para el mal.
La tercera es una vida que tiene que ver con la parte espiritual.
Ambas cosas están muy relacionadas en la Biblia, quizá, según el texto, no podemos saber si está hablando de una cosa o de otra.
La vida fisiológica, por ejemplo, esa vida física. La podemos entender con la vida que también tienen las plantas y los animales. Las plantas tienen un tipo de vida pero sin embargo está limitado a otro tipo de vida. Las plantas no se pueden mover (al menos las plantas que yo conozco, quizá hay alguna especie de planta que tiene la capacidad de desplazarse) pero entendemos que están mucho más limitadas que un animal. Pero hay vida en ella, hay vida física en ellas.
Curiosamente Jesús utiliza la vida de las plantas a veces para hablar de sí mismo. Dice que Él es como una vid en la que quien confía en Él son como ramas y para que esas ramas o pámpanos de donde salen las uvas y fructifican, pues deben estar unidas a la vid, a la fuente de la vida. Jesús se define como fuente de vida.
La vida animal es más amplia porque en ella no sólo se desplazan, sino que tienen una serie de conductas, según también el animal, pero los animales más desarrollados, más complejos, tienen una serie de conductas, tienen emociones también, si los observas tienen desiciones, no sólo puro instinto. Parece que en algunos momentos tienen dudas acerca de cómo actuar y toman decisiones.
Para vivir necesitan comer y beber y curiosamente Jesús también se compara con pan o con agua o con vino a veces. Elementos que proporcionan la comida para sobrevivir y hasta cierto punto también la comida que comes junto con los demás y disfrutas.
Sin embargo, el animal aún así, está limitado a ciertas cosas a las que el ser humano puede hacer y hace. Por ejemplo y quizá lo más destacado es la conciencia de sí mismo y la búsqueda de un sentido para su vida. Hacerse ese tipo de preguntas que aparentemente hasta la fecha los animales no se hacen. No tienen esa misma motivaciones para vivir que tenemos nosotros. Y hay una diferencia entre unos y otros.
Las plantas, por así decirlo están muertas a un tipo de vida que tienen los animales y los animales también están muertos a un tipo de vida que tienen las personas.
Pero el ser humano, y podemos notarlo en cuanto a nuestras emociones y aspiraciones, se siente que le falta algo, que no completa su vida. En ese sentido está muerto a otro tipo de vida, que es la vida espiritual, que es la vida que necesita con dios.
Eso es una pérdida que le ocurrió a la humanidad que cuenta la Biblia de una manera determinada (como queramos entenderla será problema de cada uno). Pero al principio de la humanidad hay una pérdida, hay un rechazo de Dios y entonces se lleva una vida totalmente a espaldas de Dios y con una pérdida enorme, una falta, una ausencia que completa nuestras vidas.
Dios dirige la historia para que el ser humano pueda recuperar esa pérdida. La historia de Jesús y su muerte y resurrección tiene que ver con esa recuperación, esa regeneración, ese nuevo nacer, esa nueva vida que Jesús viene a traer para los seres humanos y en ese sentido es una vida más plena, más llena. Completamente plena y completamente llena.
Todos buscamos. Y ese anhelo de buscar nos habla de que la vida aún no es plena. La vida aún no está completa. Nos hace falta siempre algo.
C.S. Lewis escribió un libro donde cuenta donde él llegó a buscar a Dios precisamente porque él sabía que en su interior había un anhelo, en su caso habla de un anhelo de alegría y gozo que no sentía, y él llegó a reflexionar que si había algo por lo que su corazón, su interior anhelaba y no lo conseguía es que ese algo tenía que existir. No podía ser que él anhelase algo que no existiese. Y entonces él realiza una búsqueda que escribe en su libro y cómo al final llgó a la conclusión de la existencia de Dios y a la existencia del Dios de la Biblia y a empezar a experimentar y a crecer en ese Dios y a confiar en ese Dios de la Biblia y en el Jesús del que habla la Biblia.
Cuando das ese paso. Cuando crees. Cuando confías y das esos pasos de confianza en ese Dios de la Biblia en la búsqueda de esa realidad, de esa vida suceden dos cosas:
La primordial: Empiezas a tener a Dios y eso llena mucho espacio. La comprensión, la relación, el acceso a Dios ya de por sí es algo que da vida.
En segundo lugar, empiezas a vivir la vida de forma distinta. No porque se hagan cosas distintas, sino porque la forma en las que las hacemos, la motivación, lo que está detrás de las cosas que hacemos, que al fin y al cabo sigue siendo relacionarnos con los demás y hacer y vivir una vida activa, al final eso cobra más sentido en la vida.
Un ejemplo claro de eso y que contrasta mucho con la sociedad es que esta sociedad esta sociedad normalmente nos va a inclinar a vivir una vida de forma ególatra o egocéntrica: Todo para mi, mis derechos están por encima de los demás, yo tengo que cubrir mis propias necesidades antes de las de los demás. Sin embargo, lo que nos va a enseñar Dios es a vivir como él vive y como él es. Llegar a ser una persona que comprende que la vida es más entregarse, dar y ser generoso que buscar el recibir. El recibir es parte de la vida pero no es la búsqueda principal. La búsqueda principal es cubrir y darse a los demás y eso es mucho más satisfactorio que lo contrario.