Cuando hablo de teología, quizá teología no es la palabra adecuada.
Teología significa la ciencia de Dios o la ciencia que estudia a Dios o el conocimiento de Dios y algunos quizá no están de acuerdo conmigo en cómo utilizo la palabra.
Algunas definiciones que se han dado son: la ciencia que estudia a Dios, las características de Dios, cómo el hombre y el problema humano interactúa. Y parece que hay carencia precisamente de vida. Parece que es un conocimiento abstracto que puede no afectarte.
Voy a escoger una forma de ver la teología como el estudio de la realidad. Es decir, creo y confío que en esta realidad esta Dios. Dios el creador de toda la realidad que tenemos. Así que de alguna forma, cuando nos acercamos a la Teología me acerco a Dios, me acerco a quién es él, me acerco a cómo hizo las cosas, a cómo Él definió que tenía que ser la vida y en esos dos ámbitos de quién es Dios en toda su esencia, como Padre como Jesús como el Espíritu Santo y qué es la vida y quienes somos nosotros como seres humanos, pues me acerco a estudiar a Dios desde esa perspectiva.
No, estudiar la teología de forma académica o formal o estructurada u organizada no es malo. Es bueno, pero no todo el mundo tiene por qué estudiarlo. Podemos acercarnos a la teología no solamente de forma académica. Creo que todos tenemos una idea acerca de Dios y esa es nuestra teología que se va modificando y cambiando.
Y todas las personas, ya sea más formal, menos académica, más académica, tenemos el privilegio y responsabilidad y oportunidad de enriquecer nuestro conocimiento de quién es Dios.
Creo que el conocimiento de Dios no sólo está (no sólo lo creo, sino que Dios lo afirma) dispuesto a los más intelectuales, sino que está disponible a cualquier persona que quiera acercarse. Cualquier persona puede aprender (en ese sentido de lo que es la teología) quién es Dios, cómo es Dios, cómo reacciona, cómo se relaciona con nosotros y cómo es la vida teniendo en cuenta a Dios.
Jesús enseñó teología y no enseñó teología. Si pensamos en teología otra vez de forma académica, Jesús no enseñó teología. Jesús no enseñó un curso, no tenía un plan de estudios, al menos organizado como lo organizamos los humanos.
Pero Jesús enseñó teología de una manera preciosa a través de la vida. Si este proyecto es llevar la teología a la vida, Él lo que hizo fue a lo mejor lo contrario. Cogía la vida, la vivía y con la vida que vivía y las experiencias que tenía con sus amigos y la gente alrededor iba enseñando cómo es vivir, quién es Dios, cómo era su padre, quién era Él y cómo es vivir esa realidad completa de la que estoy hablando y me gustaría aprender.
Por ejemplo, en un momento, Jesús vio a una mujer cómo cogía todo su dinero y lo echaba a la zona de los diezmos o las ofrendas. Y Jesús la vio y enseñó sobre eso. Hay otros momentos donde Jesús se acercaba, cogía a los suyos y empezaba a hablar, a enseñar cosas y probablemente muchas de las cosas que enseñaban estaban relacionadas con las cosas que estaban viviendo en ese momento. Y probablemente existía una especie de currículum que Jesús quería enseñarles a sus discípulos. Pero vemos que lo enseñó pegado a la vida.
Hay una frase de C.S. Lewis que me gustó mucho y dice esto, más o menos: Yo creo en el cristianismo como creo cuando el Sol sale, no porque vea el sol, sino porque gracias al sol puedo ver las demás cosas.
Me gusta esa idea: La teología me permite ver todas las cosas que sucedan (de alguna forma, porque no puedo comprender toda la realidad) pero de alguna forma, ya no tanto el cristianismo, sino Dios mismo y lo que me ha enseñado y lo que Él ha enseñado a través de la Biblia me permite ver la realidad tal y cómo es, como el sol me permite ver las cosas físicas apróximadamente tal y como son.