Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos;
Derramad delante de él vuestro corazón;
Dios es nuestro refugio.
Salmo 62:8
¿Cuál es mi actitud hacia Dios cuando me encuentro con él? Puedo tener un corazón cerrado, que acumula y retiene, que se llena de temor, de rencor, de dolor, de orgullo y de sí mismo.
Todo ello determinará mi oración, porque será un lastre que disminuirá el deseo de acercarme a él, y porque si trato de hablar con él será una resistencia a la expresión de su amor y su poder en mí.
¿Y qué si abriéramos nuestro interior y derramáramos lo que hay? Se nos invita a ir con él en actitud de espera, de humildad, reconociendo y vertiendo lo que tenemos dentro para vaciarme de mí y llenarme de él, buscando la realidad poderosa y misericordiosa de Dios.
Foto de Bernd 📷 Dittrich en Unsplash
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