Pero así dice Jehová a la casa de Israel: Buscadme, y viviréis.
Amós 5:4
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El arte de la pregunta
Dios se deja buscar y desea que se le busque. Está oculto a nuestros sentidos físicos, pero no se esconde de aquellos de quienes, inquietos, palpan y caminan hacia su encuentro (Hechos 17:27-28). Él se deja hallar (Mateo 7:7). Y es que el acto de buscarlo sinceramente es ya un primer paso de encuentro. Aunque no acabemos con una revelación completa y diáfana de su persona, la búsqueda es ya crecimiento.
Las preguntas que nos hacemos y que compartimos con otros son parte de esta búsqueda de Dios, del otro y de nosotros, aunque no nos lleven a una respuesta clara. De hecho, es probable que las preguntas bien planteadas sean más importantes que sus respuestas. Son un motor que nos impulsa a entrar en una realidad desconocida.
En nuestro mundo occidental, estamos acostumbrados a los resultados, a la obsesión por solucionarlo todo. Puede que nos sintamos incómodos con el misterio. Incluso la teología pretende, a veces, llegar a alcanzar un manejo completo de la persona de Dios y de lo que hace, como si eso fuera posible. Pero aunque Dios es diáfano, es misterioso. En Job y en los profetas vemos como Dios quiso demostrar que él no estaba al acceso de nuestra mente (Job 38 al 41; Isaías 40; Deuteronomio 29:29). Precisamente Dios usa preguntas para revelarse y dejarnos sin respuesta. Y es que los interrogantes nos pueden llevar a aceptar el misterio, y hacernos patente que la pregunta es lo importante.
Las preguntas son las que convierten un monólogo en conversación, en exploración y en aventura. Un diálogo sin curiosidad hacia lo que se escucha, puede convertirse en dos monólogos intercalados, en los que cada uno sólo quiere exponer lo que tiene dentro y quedarse sin adentrarse en el misterio del otro.
Preguntas sugerentes
Quiero sugerir algunas preguntas de este tipo que no son fáciles de responder, pero que son necesarias en nuestras conversaciones: ¿Cómo podrías hablarme de lo que es vivir en Cristo para ti? ¿Cómo está el estado de tu alma? ¿Qué está haciendo Dios en tu vida en estos días? Es probable que muchos no tendríamos una respuesta espontánea y quizá nos costará formar un pensamiento y poner palabras a estas cuestiones. Quizá tendríamos que admitir que no podemos responderlas, porque no solemos pensar en ello. Pero lo cierto es que, el hecho de que nos las hagamos, nos moverá e impulsará a pensar en esta parte de nuestra experiencia que tenemos descuidada.
Por último, quizá presentar a Cristo tiene más de pregunta que de afirmaciones. Claro que la afirmación tiene su lugar, pero no podemos olvidar que Jesús mismo fue un maestro de las preguntas que movían a las persona a reaccionar a su persona y su mensaje.
Foto de Evgeni Tcherkasski en Unsplash
¿Qué está haciendo Dios en tu vida en estos días?
Dios esta haciendo pedazos mi vida pues mi forma de vivir es incomprendida por las personas que me rodean de todos de mis seres mas queridos y mis propios hermanos en fe y me aterra pensar lo difícil que es para mi vivir ya sin El.