El salmo 149 es una alabanza. La primera parte, muchos la cantaríamos alegremente y la aceptaríamos (vv.1-5). La segunda parte del salmo nos resultaría más difícil si somos de esas personas que asumimos y queremos imitar a Jesús en eso de amar a los enemigos, porque en ella se habla de exaltar a Dios por la ejecución de su venganza (v.6-9).

Sin embargo, en lo que quiero reflexionar es tan sólo en una preposición. Vamos a detenernos en los versículos 2 y 4:

“Alégrese Israel en su Hacedor; los hijos de Sión se gocen en su Rey” (v.2)

Y

“Porque Jehová tiene contentamiento en su pueblo; hermoseará a los humildes con salvación” (v.4).

¿Qué significa “alegrarse, gozarse o contentarse en Dios? El versículo 2, algunas traducciones o versiones en español han propuesto otra traducción: alegrarse porque Dios es su creador (Dios Habla Hoy); alegrarse con su creador (Biblia Jubileo 2000); de tu creador (Nueva Traducción Viviente); por su creador (Nueva Traducción Internacional).

Aunque no sé nada de hebreo, estuve haciendo una pequeña investigación sobre esa preposición. Según un diccionario la preposición original, cuya transliteración sería aproximadamente “be”, tiene varios posibles usos o significados. Uno de ellos es traducirla como “en”, o puede ser “en presencia de”, o “frente de” o puede traducirse “contra”.

A partir de aquí es una interpretación mía. Pero creo que la idea es que algo se pone junto a otra cosa de tal forma que se afectan: o se unen y se llevan bien, o pueden chocar y enfrentarse, y de ahí las posibles traducciones encontradas. Cuando algo está “en” en algo, se produce un tipo de contacto que llega a la posibilidad de la unión. Por eso creo que las preposiciones propuestas como “de”, “por”, “con” o “porque” (esto no es una preposición), no transmiten lo que quiere decir “be” y la más cercana en español es como traduce la RV60 o La Palabra “Alégrese Israel en su Hacedor” o en su creador.

Me alegro “en Dios” es alegrarme por estar unido a él, por la relación, por la presencia, porque hay intimidad y mucho en común entre los dos, entre Dios y su pueblo. Lo sorprendente de todo esto es que Dios se contenta “en su pueblo”. ¿Qué Dios como Yahveh?.

Todo esto nos lleva un poco más cerca a comprender lo que es vivir “en Cristo”, de lo que el apóstol Pablo hablará mucho.