18 Viéndose Jesús rodeado de mucha gente, mandó pasar al otro lado. 19 Y vino un escriba y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas. 20 Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza. 21 Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre. 22 Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.

Mateo 8:18-22

Introducción.

Este es un pasaje que realmente es difícil. Si hemos escuchado hablar de él, al leerlo podemos pensar: bueno, Jesús habla de la exigencia de ser su discípulo. Pero si uno piensa en él, de verdad es extraño. Dos personas se interesan por él y Jesús parece que hace lo posible para que no le sigan.

En nuestra vida real esto no sucede de esta forma. Si alguien se interesa por cualquier cosa, generalmente le facilitamos el camino para que pueda entenderlo mejor, sobre todo si se trata de interesarse por quién es Jesucristo. La única razón por la que le pondremos obstáculos sería porque no queremos que se interese ni se acerque. ¿Es eso lo que quiso Cristo?

Es un pasaje difícil porque es probable que nos falte más contexto de lo que pasó, y también más información cultural de aquella época. Hay una propuesta que se usa mucho utilizando información cultural, pero realmente no es del todo fiable. Se las explicaré después.

Además, si nos ponemos a leer comentarios, incluso de algunos detalles podemos encontrar interpretaciones contradictorias. Por ejemplo, leyendo comentarios algunos dicen que es sorprendente que un escriba quiera seguir a Jesús y lo pone como un milagro, como algo positivo. Otros dicen que por ser escriba, realmente lo que estaba buscando era inapropiado, como si tuviera intenciones de ejercer su profesión y creyera que fuese una buena oportunidad, cuando estaba confundido y lo que hace Jesús es desmentirle. Cuando encontramos cosas como estas tan distintas ¿qué hacemos a quién confiamos?

El problema además es que no tenemos la respuesta de estos discípulos. Muchos asumen que eran malos discípulos, sólo por la pregunta y que acabaron yéndose atrás. Pero realmente no lo sabemos. Esto quiere decir que lo importante son las frases, no las acciones de éstos.

Aprendamos a pensar

Antes que nada, podemos aprovechar este texto para hacer una reflexión sobre nuestra forma de pensar y de enfrentarnos a los textos bíblicos. ¡No te conformes con las interpretaciones tradicionales!

  • Algunas de esas interpretaciones son totalmente correctas
  • Otras enseñan aspectos correctos de la vida en Cristo, pero a veces realmente el que las escribió enseñaba otra cosa.
  • Hay unas pocas que además enseñan aspectos equivocados de la vida.

No podemos ver ejemplos de estos tres casos, y no es el momento, pero esto nos puede suceder. En un sentido, no renunciemos a pensar de forma crítica. Pensar de forma crítica tiene sus riesgos, es algo que yo he experimentado, he vivido y caído en esos riesgos. Pero no pensar también los tiene, porque nos estamos perdiendo cosas importantes.

¿Cuáles son esos riesgos?

  • El llegar a pensar que nosotros siempre tenemos la razón. Pero el caso es que somos personas limitadas. Siempre tendremos una visión parcial. No somos capaces de comprender toda la realidad, así que aunque pensemos que nuestro mundo es coherente con lo que pensamos de él, siempre se nos escapa la mayor parte. Si es así con el mundo, pues con la realidad de Dios aún más.
  • Además estamos afectados por nuestro pecado y esto va a influir en nosotros, sobre todo porque somos egocéntricos. Por ejemplo, como queremos destacar, una forma de hacerlo es tratar de ser diferentes o innovadores. De forma más o menos consciente eso tratamos de destacar, de ser nosotros el centro por romper con esas tradiciones de pensamiento y eso es más importante que encontrar la verdad.
  • En relación con esto, también podemos correr el riesgo de tergiversar lo que dice la escritura porque no nos gusta y adaptamos las Escrituras a nuestro tiempo. Por ejemplo, de lo que voy a leer ahora, yo tengo que preguntarme ¿es que no quiero que el llamamiento a seguir a Jesús sea tan fuerte y busco una forma de suavizarlo?

Ojo: estas tres cosas son las que también pueden influenciar en las personas para aferrarse a las interpretaciones tradicionales, no avanzando en comprender lo que la Biblia quiere decir.

¿Cómo podemos intentar que estos riesgos no nos desvíen de lo que Dios quiere decir? Buscar someter nuestra mente a Dios.

  • Leyendo, estudiando y reflexionando en oración. 
  • Pidiendo gracia.
  • Buscando no resolver enigmas, sino conocer mejor a Cristo, para estimular nuestra confianza en él. 
  • Atreviéndose a decir: “esto no lo llego a entender”.

Quienes eran los discípulos

Este pasaje nos muestra una pequeña historia de dos personas que se acercan al discipulado de Jesús, a ser sus alumnos. Jesús tuvo más de 12 discípulos. 12 fueron los más cercanos, pero otros muchos le seguían a donde él iba. 

Mateo 10 y Lucas 10 nos habla de cuando él envió a unas 70 personas a continuar lo que él estaba haciendo (Lucas 10:1). Pero incluso en este pasaje de Lucas dice que escogió a 72, es decir, que eran más los que estaban alrededor de él. Esta es una imagen que no solemos ver, porque, que por Israel hubiese un grupo de más de 70 personas siguiendo a un maestro, era algo que debía notarse.

Esto no fue siempre así, con respecto fue avanzando el tiempo, muchos fueron escuchando y viendo cosas que decía Jesús que eran bastante fuertes y empezaron a dejarle, además de que como Jesús tenía conflicto con los fariseos, otros tantos preferían no seguir por ese camino y lo fueron dejando. Juan 6:60-66

Otra cosa, ¿qué significaba seguir a Jesús en aquellos tiempos? No estamos hablando e la salvación, aquí estamos hablando de que querían aprender de él y muchos pensaban que ésto significaba unirse a un movimiento que finalmente, de alguna forma traería el reino que esperaban, un reino político que los liberaría de Roma y que restauraría a la nación de David.

Quiero traer aquí una reflexión. Jesús durante gran parte de su ministerio fue una persona atrayente. Jesús no se esforzaba por convencer a la gente a estar con él, de hecho según este pasaje, casi parece que se esfuerza en que se lo piensen. Extraño ¿no? 

Nosotros parece que vivimos algo muy diferente, nos esforzamos en que la gente pueda empezar a pensar sobre Jesús. ¿Por qué nos está pasando esto? Quizá no reflejemos la frescura de la persona de Cristo.

El primer discípulo

18 Viéndose Jesús rodeado de mucha gente, mandó pasar al otro lado. 19 Y vino un escriba y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas. 20 Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza.

No hay mucho que explicar. La historia es bastante simple. Este hombre quiere seguirle y Jesús le dice que piense en algo, que él no tiene un lugar donde dormir. Que no piense que seguirle a él es una vida cómoda y de lujo, sino de carencias.

¿Esto es así? Bueno, por una parte sí, la vida de Jesús en la tierra fue con humildad. Pero ¿fue la vida de Jesús de carencia? Ni siquiera en la tierra fue así, porque él vivió de forma plena lo que dice el salmo 23: “Jehová es mi pastor, nada me faltará”.

Quiero proponerles que lo que hace Jesús es poner las cosas en perspectiva. ¿Con cuánto alcance mira este hombre? No lo sabemos exactamente, Jesús le pone la perspectiva de un alcance corto: voy a cruzar el lago y no tengo a dónde ir, una casa concreta donde quedarme. Pero ¿hacia dónde podemos mirar? ¿Hacia el lago? ¿Hacia un reino físico? ¿Hacia la cruz? ¿Hacia la resurrección y la eternidad?

Jesús se presenta como “El Hijo del hombre”, y con esta idea se presenta como humano, pero también como Dios, si querían entender lo que significaba esa expresión en el libro de Daniel (cp 7:13). Si él es el hijo del hombre, ¿qué piensas sobre mí y hacia dónde voy? ¿Quieres de verdad seguirme por todo el camino? 

La decisión final de este escriba quedó en suspense, como si la pregunta quedara en el aire para todo el que lo leyera y pensara en esto.

Segundo discípulo

21 Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre. 22 Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.

Aquí nos encontramos con el pasaje más difícil y con unas palabras que son difíciles de entender. Algunas explicaciones que se han dado:

  1. Jesús de alguna forma no aprobaba los funerales que se hacían, porque se contrataba a gente que llorara y se hacía mucho ruido, con un ambiente que calificarían de hipócrita. Pero esta es una idea con muy poco fundamento.
  2. Jesús tenía prisa, quería abandonar el lugar y eso hizo que fuera más exigente con él.
  3. Manifestar la radicalidad del requerimiento de Jesús, como en otros lugares: los lazos familiares están en segundo lugar en cuanto a su vínculo con él.
  4. Realmente el padre no estaba muerto, sino que era mayor, la petición del hombre no era por un momento. Se dice que la expresión “tengo que enterrar a mi padre”, era algo así como que mi vida está atada al cuidado de mi padre y no soy del todo libre hasta que él muera. Es una de las explicaciones que más se dan, pero tampoco tiene tanto fundamento.
  5. Otra sugerencia mía: no es un problema del hombre, sino de Jesús. Tiene que ver con lo de la prisa, pero es de más fundamento: la misión de Jesús no puede esperar o no puede ser frenada por nuestros asuntos. Es como la oración del Padre Nuestro, primero es hágase tu voluntad, luego mira nuestros asuntos. Su obra abarca más allá de mi propia vida.

Sin embargo, cualquiera de estas explicaciones da algo de sentido a que el hombre tome prioridad por Cristo, pero ¿por qué llama a personas que no conoce “muertos”? ¿No es un insulto? Esto es lo que más nos cuesta digerir, ¿no es un Dios de gracia? ¿No dijo que si insultamos es como matar a alguien?

Conclusiones

Con todo esto en mente, aunque admito que no hay nada definitivo, quiero proponer cuatro respuestas que podemos dar a este pasaje que son factibles:

a- La primera es una respuesta clásica: la exigencia del discípulo

Jesús siempre va a pedir una prioridad. Pero tenemos que ver esto en el contexto de su vida y la propia entrega de Jesús. Su prioridad es porque de seguirle a él no depende sólo nuestra propia vida, sino la vida de la humanidad.

El camino de Jesús, por el que el primer hombre dijo que le seguiría a donde quiera que fuera, era la propia cruz, un acto de amor y de rescate para toda la humanidad. Seguir a Jesús implica que empezamos a pensar en algo muy real, que yo no soy el centro. Y por eso su seguimiento es radical.

b- Primera conclusión alternativa

En relación con lo anterior, tenemos que replantearnos nuestra perspectiva de vida en relación a Cristo. ¿Qué es seguirle? ¿Qué significa cuando pensamos en que somos alumnos suyos?

El primer encuentro nos habla de que tenemos que poner la perspectiva en la vida completa, desde el presente hasta la eternidad. ¿Tiene Jesús donde acostarse? En aquél momento no, pero es el dueño de toda la naturaleza. En realidad tiene cualquier lugar que desee para recostar su cabeza en todo el universo. Dejó la presencia de Dios y volverá a ella, a la comodidad y placer de estar con su padre.

El segundo encuentro nos plantea la perspectiva de la vida y la muerte. En el mismo sentido, tenemos que ver la vida más allá de nuestra propia muerte y de la muerte de los que amamos. 

c- Segunda conclusión alternativa: la provocación a  la fe

Jesús es conocido por provocar o poner a prueba nuestra fe. Hay varios encuentros donde esto se ve, y quizá aquí también está. El hecho de que no sepamos cuál fue la respuesta de estos  hombres parece ser un desafío a quienes leen el relato: ¿cómo respondes a las palabras de Jesús?

  • ¿Jesús no tiene donde dormir? ¿Te conformas con esta prueba? ¿Qué podía haber respondido? Ante una correcta perspectiva y conocimiento de Jesús: “Tú eres el rey de ese reino del que hablas, valdrá la pena por donde vayas”
  • ¿La muerte es el final? Me pregunto si Jesús no está provocando que el interior de esa persona se revuelva ante estas palabras difíciles para provocar su fe y su confianza en él. ¿Qué le puede pasar si no va a enterrar a su padre? ¿Un conflicto con su familia? ¿Es ese conflicto lo más importante?

Lo que Dios hace frecuentemente en nuestra vida es poner en evidencia en lo que nuestro corazón está arraigado. Cuando inicias el proceso de ser alumno de Jesús tienes que esperar esto de él, dejarte descubrir lo que de verdad ama tu corazón y dejarle sacar las raíces inadecuadas que tienes en ello. 

Esto realmente es bueno. Recuerda que Dios no quiere que dejes de amar a la familia, ni a amigos. Todo lo contrario, sucederá que los amarás aún más, y de la mejor manera.

d. Última conclusión ¿quieres seguir a Jesús? ¿Para qué quieres seguirle?

¿De quién nos queremos convertir en discípulos y para qué? Si quiero ser discípulo de Nadal o de Alcaraz, dos tenistas españoles, es porque tengo la perspectiva de vida que me he hecho de ellos: no sólo buen jugador, sino una persona disciplinada, que tienen pasión por lo que hacen, que respetan a los demás jugadores. Tienen aspectos de la vida que funcionan para otros entornos, no sólo para ser tenistas.

Pero apunto a la vida de aquí. Nada más. Esta vida es parte de nuestra historia y Dios empieza a hacer cosas ya desde ahora y es una vida totalmente aprovechable, pero somos llamados a vivir en otra sociedad, en otro mundo renovado. Nos preparamos para la vida de la eternidad, aunque esa vida empieza ahora.

En la eternidad no voy a ser trabajador social, ni predicador, ni abogado, ni enfermero, ni pastor o pastora. No sabemos a qué nos vamos a dedicar, pero nuestra mente debe estar enfocada a prepararnos para vivir la vida en la eternidad, que es donde vamos a pasar el resto de nuestra vida, y el único que nos ha enseñado y nos enseña sobre ello es Cristo.

Foto de Joshua Burdick en Unsplash