Introducción

Introducción

Los frutos echados a perder, el fruto que no tiene sabor. Un buen fruto. ¡Cuánto más un buen fruto si es producto de nuestro esfuerzo. De este tema me gustaría hablar.

Contexto

Un vestido que reproduce las limitaciones de movilidad del envejecimiento como la pérdida de la vista y del oído. ¿Se podría hacer un traje parecido que nos remontara a años pasados y nos ayudara a comprender estos textos tan difíciles?

Antes de entrar de lleno en el texto, es necesario hacer un breve repaso del libro de Oseas, para volver a ponernos en situación. El libro se divide en dos partes fundamentales. La primera, en los tres primeros capítulos, que relatan la historia entre el profeta y su mujer. Oseas se casa con una mujer que probablemente practicaba la prostitución sagrada, ella luego le abandona volviendo a la prostitución y Oseas por amor la rescata. Esta historia, impulsada por Dios, refleja el amor de Dios por su pueblo, el cual le rechaza pero Dios vuelve a buscarlo.

La segunda parte del libro son una serie de sermones que enfrentan al pueblo con su pecado y las consecuencias de éste. Pero dentro de estas palabras tan dolorosas, se sigue viendo el amor y la gracia de Dios. 

El resto del texto se caracteriza por su cierta confusión, es decir, no es fácil saber y distinguir temas concretos y dividir así el texto en varias partes. Quizás podamos diferenciarlos porque cada cierto tiempo se anuncia el juicio de una manera distinguida.

Por ejemplo, en 4:1 comenzaría un juicio, en 5:1 otro y en 8:1 por tercera vez y puede que en el 12:2 comience una nueva sección. Pero todo esto es confuso. Hoy terminaríamos con lo que supuestamente sería una tercera parte, al menos como lo he dividido.

Esquema 

Nuevamente recuerdo, no tenían por qué ser estas tres ideas las que tuviera en mente el profeta para escribir estos textos. Son tres ideas que nos ayudan a nosotros a reflexionar, pero otra persona al estudiar puede pensar en otras ideas. Tres causas del castigo relacionadas con el fruto:

  • Perder la fuente para el fruto (9:10-17)
  • Utilizar el fruto para sí mismo (10:1-8)
  • Mala siembra y por tanto mal fruto.

Primera causa: una gran pérdida (9:10-

A. Una buena planta en un lugar desértico (9:10)

10 Como uvas en el desierto hallé a Israel; como la fruta temprana de la higuera en su principio vi a vuestros padres. Ellos acudieron a Baal-peor, se apartaron para vergüenza, y se hicieron abominables como aquello que amaron. 

En varias ocasiones en el libro de Oseas, el profeta hace referencia al pasado del pueblo. Por el carácter de juicio, normalmente lo hace desde un punto de vista negativo, citando hechos sucedidos en ciertos lugares. Sin embargo, aquí tenemos una frase en tono positivo que resalta el amor de Dios por su pueblo.La humanidad de hoy se enfrenta a varios retos difíciles. Uno de ellos es el problema del agua. En algunos lugares el exceso de agua, grandes tormentas cargadas de agua destrozan casas y agricultura. Por otro lado, la escasez de agua, por ejemplo en España, donde en algunas comunidades se ha restringido el uso del agua para la agricultura para asegurar el consumo. De hecho, ha sido uno de los temas polémicos entre los políticos en las elecciones.

Dios describe a la nación de Israel como algo insólito. Era un fruto agradable donde no había fuentes de agua. Algo bello, lleno de agua, donde no la había. Dios fue capaz de ver algo bello en un mundo totalmente inhóspito, incómodo, inhabitable. 

¿A quién se refería exactamente? Si habla del desierto, probablemente estaba haciendo una referencia al pueblo hebreo cuando aún no había entrado en el desierto. Probablemente, al pueblo recién salido de Egipto, en el monte Sinaí, reunido recibiendo la ley de Dios a través de Moisés. Lo curioso, es que no importa el momento exacto en el que haya sido, en todo el peregrinaje histórico de Israel, siempre ha habido desobediencia por una parte o por otra. En el desierto, en la conquista, durante los jueces, durante los reyes. El pueblo, salvo excepciones siempre se ha revelado y siempre ha desobedecido, y Dios dice que en un momento lo llegó a ver como una uva llena de color, de agua y alimento en medio de un desierto.

Es esta una imagen que puede aplicarse a la iglesia como Dios la aplicó a Israel. Somos un fruto bello y apetecible en medio del desierto. Tenemos muchos errores, mucho mal, pero Dios en su gracia ve más allá de eso, y nos mira de forma deseable, como de algo que pudiera disfrutar.

Si para Dios somos esa fabulosa uva en el desierto o el higo que satisface el hambre, nuestro reto será que los que viven en el desierto lo vean, y quieran formar parte de ello. Donde no hay nada, donde sólo hay desesperación, la sociedad puede ver un fruto insólito.

B. Se dejó secar (9:10)

Pero Israel se dejó secar. Abandonó las fuentes de Dios, abandonó los ríos de agua viva  y buscó fuera de él. El fruto que obtuvieron fue vergüenza y hacerse abominable, como lo que amaron. Este versículo hace referencia a la historia temprana del pueblo, cuando estaban vagando por el desierto durante los 40 años. El rey Balac pidió a Balaam que maldijera a Israel, pero éste no pudo hacerlo. Como no pudo maldecir al pueblo, Balaam mismo sugirió que el pueblo se mezclara con sus mujeres y por ello adoraron a Baal-Peor (Números 25 y 31:16).

Es curioso como dicen que los dueños se parecen a sus perros o sus perros a sus dueños. Se han hecho algunos estudios, y he visto algunas fotos graciosas de estos parecidos. En estos estudios algunos dicen que es el dueño el que compra un perro que se le parezca a él. Sin embargo, además de eso, creo que también existe una especie de contagio en las expresiones.

¿Nos parecemos a lo que amamos? ¿Nos hemos hecho igual que lo que amamos? Sí, esto es algo clarísimo. Nos parecemos a nuestros padres, no sólo por genética, sino también por las expresiones, por la sonrisa, por la forma de mirar, de enfadarnos, etc. Cuando me río me han dicho varias veces que me parezco mucho a alguno de mis hermanos o a mi padre. Tanto tiempo hemos estado con ellos que acabamos pareciéndonos.

Entonces la siguiente pregunta es ¿qué es lo que amamos? Si amamos a Jesús, acabaremos pareciéndonos a él. Si amamos a este mundo, acabaremos pareciéndonos a este mundo. ¡Decidamos amar a Jesús! Quitemos de nuestras facciones todo lo que no es de Dios.

C. Pérdida de la gloria (9:11)

11 La gloria de Efraín volará cual ave, de modo que no habrá nacimientos, ni embarazos, ni concepciones. 

¿Cuál era la gloria del pueblo de Dios? Dios mismo. 

Vamos a ver lo que dice Dios mismo de su pueblo en el libro de Deuteronomio. Primero al pirncipio, en un capítulo que se habla de la relación especial entre Dios y su pueblo, Deuteronomio 4:7-8; 32-34:

7. Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? 

8 Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?

32 Porque pregunta ahora si en los tiempos pasados que han sido antes de ti, desde el día que creó Dios al hombre sobre la tierra, si desde un extremo del cielo al otro se ha hecho cosa semejante a esta gran cosa, o se haya oído otra como ella. 

33 ¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, sin perecer? 

34 ¿O ha intentado Dios venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros y con guerra, y mano poderosa y brazo extendido, y hechos aterradores como todo lo que hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto ante tus ojos? 

35 A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él.

Otras palabras hermosas son las que se recogen en un resúmen del pacto en Deuteronomio 26:17-19:

17 Has declarado solemnemente hoy que Jehová es tu Dios, y que andarás en sus caminos, y guardarás sus estatutos, sus mandamientos y sus decretos, y que escucharás su voz. 

18 Y Jehová ha declarado hoy que tú eres pueblo suyo, de su exclusiva posesión,(A) como te lo ha prometido, para que guardes todos sus mandamientos; 

19 a fin de exaltarte sobre todas las naciones que hizo, para loor y fama y gloria, y para que seas un pueblo santo a Jehová tu Dios, como él ha dicho.

Una de las cosas que da sentido a nuestra vida es el fruto que sacamos de ella. Cuando Dios crea al hombre nos da no tanto mandamientos, sino al menos cuatro propósitos para nuestra vida: fructificar y llenar la tierra (Génesis 1:28); sojuzgar la tierra (1:28); trabajar la tierra (2:15-16); unirnos en matrimonio (2:23). El resultado de nuestro trabajo y nuestros hijos son parte de nuestros frutos, y ellos son parte de nuestra satisfacción.

Dios enseña a su pueblo que todo esto tiene sentido si es Dios quien lo da, si Dios se relaciona con nosotros. Cuando Dios falta, este fruto no da satisfacción. Es ese el mensaje principal del libro de Eclesiastés. Ese mensaje Oseas lo escribió también en el capítulo 2: “Y ella no reconoció que yo le daba el trigo, el vino y el aceite, y que le multipliqué la plata y el oro que ofrecían a Baal”. Cuando nos alejamos de Dios, nuestra gloria, sucede lo que se describe en los versículos siguientes:

D. Esterilidad / no hay verdadero fruto, porque no hay bendición de Dios. ( 9:11-17)

11 La gloria de Efraín volará cual ave, de modo que no habrá nacimientos, ni embarazos, ni concepciones. 

12 Y si llegaren a grandes sus hijos, los quitaré de entre los hombres, porque ¡ay de ellos también, cuando de ellos me aparte! 

13 Efraín, según veo, es semejante a Tiro, situado en lugar delicioso; pero Efraín sacará sus hijos a la matanza. 

14 Dales, oh Jehová, lo que les has de dar; dales matriz que aborte, y pechos enjutos. 

15 Toda la maldad de ellos fue en Gilgal; allí, pues, les tomé aversión; por la perversidad de sus obras los echaré de mi casa; no los amaré más; todos sus príncipes son desleales

16 Efraín fue herido, su raíz está seca, no dará más fruto; aunque engendren, yo mataré lo deseable de su vientre. 

17 Mi Dios los desechará, porque ellos no le oyeron; y andarán errantes entre las naciones.

La descripción que hace es una calamidad:

  • En primer lugar, no habrá nacimientos, porque no habrá embarazos, porque no habrá concepciones (v.11).
  • En caso de nacimientos, los que nazcan acabarán muertos (v.12, en referencia sobre todo a las invasiones y las guerras). El versículo 13, algunos refieren que no se hay una alusión a Tiro, sino a los hombres fuertes. Es un texto difícil de traducir, pero se mantiene la idea de que los hijos morirán en tiempo de guerra.
  • La situación parece llegar a tal punto que hasta el mismo Oseas parece desear que llegue esta situación, pidiendo que no lleguen a haber nacimientos ni pechos que den de mamar, algunos creen que es una solicitud de misericordia a favor del futuro que les vendría a los niños.
  • La situación venía ya desde hace mucho tiempo, y pone como ejemplo una ciudad, Gilgal, donde se adoraba Dios y el lugar donde había decidido Israel tener un rey.
  • La situación llegó a tal punto que Dios dice: “los echaré de mi casa”; el verbo “echar o sacar” (garash en el original) significa por un lado repudiar o divorciar, se utiliza por ejemplo cuando Abraham echó a Agar (Génesis 21). Esto tiene sentido si nos acordamos de la historia de Oseas. Se utiliza también para hablar de para la expulsión de los cananeos, y para echar a Adán y Eva del jardín del Edén. Israel iba a ser echado de su nuevo jardín, se había separado de su Dios.
  • La situación llegó a tal punto que Dios llega a declarar: “no los amaré más”, algo parecido a lo que había dicho con los hijos de Oseas: “no me compadeceré”, “no será mi pueblo”. Este texto, como veremos después, no habla de que el amor de Dios se acaba, sino la manifestación de ese amor. El pueblo dejará de recibir la misericordia, las bendiciones, etc. Debemos recordar que el amor en la Biblia no es un mero sentimiento, sino también una voluntad de hacer bien a otro, un compromiso. Este versículo lo que menciona es la ruptura del compromiso.

En definitiva, la raíz se había secado, no habría fruto. Es curioso el contraste de la esterilidad con el significado del nombre de “Efraín”: “doblemente fructífero”. ¿De donde venía esa raíz seca? Porque no escucharon a Dios. ¿Dónde está el agua? En escuchar a Dios, en oír sus palabras (la de sus profetas) y obedecerle. La consecuencia además de la falta de fruto es vivir errante entre las naciones, perdido, confundido, sin gloria, sin Dios.

¿Qué es lo que nos ofrece Jesús? Agua de vida, ríos de agua, fruto abundante. La obra de Jesús permite una relación con Dios para recuperar parte de nuestra creación original: dar fruto de olor grato para Dios. ¡Qué contraste de lo que Dios quería y desea dar con lo que era Israel!

Segunda causa: Fruto para sí mismo: mirarse el ombligo (10:1-8)

A. Ingratitud

1 Israel es una frondosa viña, que da abundante fruto para sí mismo; conforme a la abundancia de su fruto multiplicó también los altares, conforme a la bondad de su tierra aumentaron sus ídolos.

2 Está dividido su corazón. Ahora serán hallados culpables; Jehová demolerá sus altares, destruirá sus ídolos. 

No es la primera vez que Oseas trata este tema. Ya lo vimos en el capítulo dos en el versículo 4 del capítulo 8. La prosperidad que Dios había dado a su pueblo llegó a convertirse en una piedra de tropiezo. Todo lo que Dios había dado, no volvió hacia Dios en forma de adoración y agradecimiento, sino que lo entregaron a sus amantes, los dioses de Baal. Fueron infieles con los regalos de su marido.

¡Cuánto desagrada a Dios la ingratitud! Pablo le dijo a los Romanos: “Pues habiendo conocido a Dios, no le gloficaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos,  y su necio corazón fue entenebrecido” (Romanos 1:21). Qué duras son estas palabras.

La neutralidad en este caso no existe, si no somos agradecidos con Dios, nos vamos endureciendo, nos vamos envaneciendo y los frutos cosechados los destinamos a otros amores. A los israelitas les produjo un corazón dividido, y por ello Jehová destruiría lo que construyeron. Ellos pretendían adorar a otros Dioses mientras adoraban a Dios, pero eso no es posible. ¿Tratamos nosotros de hacer lo mismo?

Pablo dijo: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros”.

B. Apoyos inconsistentes

3 Seguramente dirán ahora: No tenemos rey, porque no temimos a Jehová; ¿y qué haría el rey por nosotros? 

4 Han hablado palabras jurando en vano al hacer pacto; por tanto, el juicio florecerá como ajenjo en los surcos del campo. 

5 Por las becerras de Bet-avén serán atemorizados los moradores de Samaria; porque su pueblo lamentará a causa del becerro, y sus sacerdotes que en él se regocijaban por su gloria, la cual será disipada. 

6 Aun será él llevado a Asiria como presente al rey Jareb; Efraín será avergonzado, e Israel se avergonzará de su consejo. 

7 De Samaria fue cortado su rey como espuma sobre la superficie de las aguas. 

8 Y los lugares altos de Avén serán destruidos, el pecado de Israel; crecerá sobre sus altares espino y cardo. Y dirán a los montes: Cubridnos; y a los collados: Caed sobre nosotros. 

Nuevamente planteamos dos situaciones del pueblo. Una política y la otra religiosa:

  • Política (v.3-4): estos versículos son de difícil comprensión, sobre todo porque en el momento del profeta sí había rey. Las ideas que se barajan es que fuera justo después de la muerte de Peka, que quizás tardaron un tiempo en designar al siguiente rey, llamado como el profeta. O quizás es porque durante algunos reinados como el de Oseas, éstos no ejercían como tales ya que estaban dominados por el imperio Asirio.
  • Si el rey no podía hacer nada, quizás sus becerros de Bet-Avén (v.5-6): Estos becerros son los que erigió el primer rey de Israel del norte en la division, temiendo que el pueblo volviera a unirse a Judá a causa de la adoración en el templo, formo estos dos becerros, organizando así una adoración extraña a Dios, iniciando de esta forma la decadencia religiosa que nunca se interrumpió. Pero por supuesto, tampoco ellos iban a hacer nada como no podían los reyes. De hecho los becerros serían llevados al rey asirio para vergüenza suya.

El resultado final, como siempre indica Oseas sería la destrucción, la ruina. La imagen que da es de los pueblos abandonados, en el que la naturaleza surge de nuevo tomando el lugar que ha dejado el hombre.

La última frase de este texto (8b)es una profecía que va más allá del cumplimiento del juicio en los tiempos de Israel, ya que Jesús mismo lo citó para referirse a un tiempo futuro en el que se bendecirá a las mujeres estériles porque que sus hijos no vivirán el porvenir desastroso que vendrá (Lucas 23:26-31). También lo cita Juan cuando habla de los juicios que se desatarán al abrir el sexto sello (Apocalipsis 16:6). Pero de ello no comentaremos nada.

Tercera causa: sembrar lo que no se debe (10:9-15)

Nuevamente nos metemos en textos difíciles que vamos en los que vamos a pasar por encima y no vamos a dedicar mucho tiempo. En esta sección Oseas deja de hablar de la vid, pero sigue usando la imagen de la agricultura.

A. El pasado afecta al futuro (9-10)

9 Desde los días de Gabaa has pecado, oh Israel; allí estuvieron; no los tomó la batalla en Gabaa contra los inicuos. 

10 Y los castigaré cuando lo desee; y pueblos se juntarán sobre ellos cuando sean atados por su doble crimen. 

Estos dos versículos vuelven a hacer hincapié en la relación entre el pasado del pueblo y las consecuencias del futuro. Los días de Gabaa pueden hacer referencia a la historia que tenemos en jueces del levita y su concubina de la que abusan sexualmente. Tiene su sentido, si no olvidamos el contenido de transgresiones sexuales en el que abunda Oseas.

Pueblos se juntaron

Doble crimen

B. Segamos lo que sembramos

11 Efraín es novilla domada, que le gusta trillar, mas yo pasaré sobre su lozana cerviz; haré llevar yugo a Efraín; arará Judá, quebrará sus terrones Jacob. 

12 Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia. 

13 Habéis arado impiedad, y segasteis iniquidad; comeréis fruto de mentira, porque confiaste en tu camino y en la multitud de tus valientes. 

En estos versículos también tenemos un tema repetido ya por Oseas y en otros fragmentos bíblicos. Todo aquello que sembramos, algún día segaremos. Oseas hace, por tanto un llamamiento a sembrar justicia y misericordia, para recoger eso de nuestro Dios. Sin embargo, lo que sembró Israel fue impiedad e iniquidad.

Es curioso que la expresión original para definir a Efraín es “novilla domada”. En otros pasajes en oseas se la describía como indómita. Aquí no hay una contradicción. Cuando se habla de “indómita” se refiere al carácter rebelde hacia su Dios. Sin embargo, al fin de cuentas, rebeldes ante su Dios, pero domada por los dioses, sembrando lo que otros le dicen. Jesús también habló de que no podemos tener dos señores, y creo que tampoco podemos dejar de tener señores. Siempre tenemos un señor, en un caso será Dios, en otro será Satanás.

Lo que nos enseña el v.12 también es curioso, donde se anima al pueblo a sembrar justicia y misericordia, y hacer barbecho. Lo que le pide al pueblo es un descanso. La tierra necesitaba descansar un año cada cierto tiempo para recuperarse y seguir dando rendimiento. Ese tiempo de recuperación era similar al que puso en el ser humano, tiempo que el hombre debía dedicar a su Dios. Dios pide ese descanso. En la vorágine del trabajo, nos perdemos, nos olvidamos. Necesitamos un tiempo en el que volvamos a Dios, parar nuestra vida y volcarla en Dios. Entonces él, dice este versículo, nos enseñará justicia. Hace alusión que la pérdida de la santidad es en parte al estrés diario y a no hacer barbecho en nuestra vida. La expresión final es más hermosa de lo que recoge nuestra versión: “hasta que venga y llueva justicia para vosotros”, en el que la lluvia es símbolo de bendición para la agricultura. Muchos creen que este texto hace referencia a la venida de Jesús.

Notas sobre barbecho: Philip Yancey, en su libro “La Oración”, menciona un retiro de oración en el que se le pedía dos horas de oración. La primera vez se aburrió, la segunda sintió la presencia de Dios. Será por eso que los retiros y campamentos son estímulos espirituales. Salmo 46:10.

C. Juicio inconcebible

14 Por tanto, en tus pueblos se levantará alboroto, y todas tus fortalezas serán destruidas, como destruyó Salmán a Bet-arbel en el día de la batalla, cuando la madre fue destrozada con los hijos. 

15 Así hará a vosotros Bet-el, por causa de vuestra gran maldad; a la mañana será del todo cortado el rey de Israel. 

El resultado final, nuevamente, era el juicio, poniendo un ejemplo de una persona que destruyó una ciudad, las cuales no se conocen.

De estos versículos sólo quiero destacar que Dios habla de la destrucción de Bet-el, que es la casa de Dios. Dios permitiendo la destrucción de su propia casa.

D. Recopilación

Paremos aquí y hagamos una recopilación. Hemos reflexionado sobre tres causas de la maldad de Israel: perder la gloria, la relación con Dios, mirarse el ombligo y sembrar iniquidad. Quizás todo ello es una cadena, una cosa llevó a la otra. La situación se desencadenó en un juicio espantoso, llegando Dios a afirmar que no los amaría más, que destruiría su propia casa. Quitaría a los reyes, y deambularían por las naciones.

¿Qué salida tenía Israel? Antes estaban en la tierra, tenían profetas, el favor de Dios no se había retirado del todo, y aún así no fueron capaces de amar a su Dios. ¿qué posibilidades tenían fuera de su tierra, en un país extranjero, y con una afirmación de Dios de ese tipo “no los amaré más”.

La situación había llegado a un punto extremo donde el pueblo ya nada podía hacer. No dependía de ello.

En este momento, las palabras de Dios que dirá más adelante son estremecedoras. Oseas dirá: “los amaré de pura gracia”. Dios desarma por completo la capacidad del ser humano de relacionarse con sus fuerzas con Dios, de obtener o merecer su amor. Es la sola voluntad de dios de seguir amando a un pueblo que por su naturaleza es rebelde que nos permite relacionarnos con Él.

Esa gracia se manifiesta en Jesús.

Conclusión

Para terminar me gustaría dejarles con una reflexión acerca de los frutos.

Uno de mis autores favoritos es Noah Gordon. En su último libro, la bodega, cuenta de un hombre en su lucha de crear un buen vino y vivir de su producto, a pesar de que las circunstancias no le eran propicias y no tenía suficiente apoyo. En el momento en el que consigue un vino con un buen sabor, la descripción que hace de la sensación de satisfacción por haberlo conseguido es tan buena que hasta mí, que no me gusta el vino, me hubiera gustado provarlo. ¿Hemos vivido una sensación parecida de satisfacción por un trabajo bien hecho, por un fruto bueno?

Esa es la satisfacción que Dios quiere para nosotros. Es más, nuestra satisfacción es una imagen de la que Dios también tiene cuando ve el fruto de su trabajo. ¿no es algo así lo que sucede en la creación cuando ve que todo es bueno? Isaías 53:11. Nosotros somos su pueblo, y él quiere que demos fruto, y eso le satisface. Lo increíble es que para que eso sucediera Jesús tuvo que morir, Dios mismo muriendo para ver fruto en nuestras vidas y gozarse de nosotros. ¡Eso sí que es algo insólito, una uva en el desierto!

Foto de Cullan Smith en Unsplash