Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.
Lucas 24:27
Contenidos
No nos enseñaron sólo matemáticas
Cada uno de nosotros ha tenido un proceso educativo particular, pero algunas experiencias son comunes, sobre todo si vivimos en el mismo país y asistimos al colegio. El resultado no ha sido simplemente el almacenar en nuestra mente una serie de conocimientos, sino que también aprendimos una manera de utilizar nuestro pensamiento.
Por ejemplo, cuando nos enseñaron problemas de matemáticas, no sólo nos indicaron cómo usar los números, sino cómo resolver los problemas de la vida: manejando datos. Puede que parezca un poco simplón lo que acabo de decir, pero tenemos que pensar que nuestra familia, amigos y profesores, entre tantos, nos proponían uno o varios modelos sobre la forma en la que usamos nuestra mente. Nos dijeron cómo dar respuesta a las emociones, cómo razonar, hacer los procesos lógicos, relacionar conceptos, convencer a otros y usar las palabras.
Aprender a hacer teología
Esto no ocurre sólo en la niñez. Podemos aprender a pensar de otras maneras siendo adultos si nos dejamos influir r. De hecho, las redes sociales lo hacen constantemente. Ahora muchos pensamos en términos de vídeos, y se ha modificado la forma en que aprendemos .
En mi propia experiencia, con los años he ido leyendo a diferentes teólogos o pensadores cristianos (Philip Yancey, Timothy Keller, Dallas Willard, John Stott, C.S. Lewis). En ocasiones me sorprendo “razonando” como lo hacen ellos. Es decir, no tanto hablando de las cosas que ellos hablan, sino relacionando las cosas de la misma forma que alguno de ellos lo haría (salvando las distancias).
Por ejemplo, Philip Yancey me enseñó a plantearme con sinceridad cómo la realidad no encaja siempre con las cosas en las que creo que deberían ser. Él también fue uno de los que me influyó a encontrar en la literatura tesoros sobre la vida. Timothy Keller también es un buen maestro para tratar de llevarnos de los conceptos teológicos a una reflexión práctica y cotidiana. Si lo leemos, no sólo tenemos información de los libros bíblicos que él ha estudiado, sino que podemos abordar otros textos usando su misma forma de pensar. Es decir, de forma indirecta y puede que no intencionada, nos enseña a estudiar. Y eso puede ser muy importante, más de lo que creemos.
Jesús también enseñó a pensar
Cuando Jesús habló con los dos discípulos que se alejaban de Jerusalén e iban al pueblo de Emaús, dice que él les mostró desde las Escrituras que tanto su muerte como su resurrección estaban anunciadas. Puede que tengamos aquí el curso de teología más impresionante que cualquiera pueda haber recibido. Y se dice que ellos, no sólo aprendieron, sino que se emocionaron.
Creo que Jesús no sólo les proporcionó conocimiento, sino también una nueva forma de interpretar las Escrituras, una visión que hasta ese momento no conocían: les enseñó a profundizar en ellas. Podemos verlo también en cómo Jesús hizo ver a los fariseos que no eran capaz de encontrar en el Antiguo Testamento a él mismo. (Juan 5:39-40).
El reto
Hoy en día también podemos aprender cómo pensaba Jesús. Y no es un proceso académico, se trata más bien de leer sus diálogos y sus acciones de una forma continuada tal y como los tenemos escritos en los evangelios. Nuestra mente, ella sola, irá dejándose influenciar por el pensamiento de Cristo, Dios y hombre.
Pues, «¿Quién puede conocer los pensamientos del Señor? ¿Quién sabe lo suficiente para enseñarle a él?». Pero nosotros entendemos estas cosas porque tenemos la mente de Cristo.
1 Corintios 2:16.
Comentarios recientes