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Introducción
Introducción
Me gustan los animales domésticos, bueno, no todos, aquellos con los que me puedo relacionar más o menos. Sobre todo me gustan los perros. Un animal doméstico como un perro o un gato tienen bastante conocimiento de su dueño.
Por ejemplo, mi gato. Un gato tiene la característica innata de ser rebelde, travieso, juguetón y bastante independiente. Los gatos tienen la capacidad de sacarme de mis casillas, y de meterse allí donde más me molesta. Por ejemplo, detrás de los cables del ordenador. No sólo se metió allí, sino que trasteó con los cables o sin querer desconectó uno de ellos. Pero la inteligencia de mi gato va más allá de molestarme, porque además sabe también, sin que yo haya dicho nada, lo molesto que estoy. El gato inmediatamente se esfumó y se escondió de mi vista, por lo que me costó bastante encontrarlo. Cuando lo vi, enseguida supo que yo no estaba nada contento.
Un día, cuando trabajaba con mi padre, uno de sus clientes me dijo algo que no se me ha olvidado, precisamente por lo que me gustan los perros: “Cuando llego, mi perro sabe si estoy de buen o mal humor. Si estoy de buen humor, salta y me pide jugar. Cuando estoy de mal humor, me deja tranquilo”.
Es una pequeña muestra de lo que debería suceder entre nosotros y Dios. ¿Conocemos a Dios? ¿Sabemos qué le agrada, si le hemos ofendido, qué es lo que quiere de nosotros? Es algo de lo que vamos a hablar hoy. ¿Estamos en sintonía con él?
Contexto
Antes de entrar de lleno en el texto, es necesario hacer un breve repaso del libro de Oseas, para ponernos en situación. El libro se divide en dos partes fundamentales. La primera, en los tres primeros capítulos, que relatan la historia entre el profeta y su mujer. Oseas se casa con una mujer que probablemente practicaba la prostitución sagrada, ella luego le abandona volviendo a la prostitución y Oseas por amor la rescata. Esta historia, impulsada por Dios, refleja el amor de Dios por su pueblo, el cual le rechaza pero Dios vuelve a buscarlo.
La segunda parte del libro son una serie de sermones que enfrentan al pueblo con su pecado y las consecuencias de éste. Pero dentro de estas palabras tan dolorosas, se sigue viendo el amor y la gracia de Dios.
El resto del texto se caracteriza por su cierta confusión, es decir, no es fácil saber y distinguir temas concretos y dividir así el texto en varias partes. Quizás podamos diferenciarlos porque cada cierto tiempo se anuncia el juicio de una manera específica. Por ejemplo, en 4:1 comenzaría un juicio, en 5:1 otro y en 8:1 por tercera vez y puede que en el 12:2 comience una nueva sección. Si esto fuera así, hoy vamos a comenzar con lo que sería el tercer sermón.
Esquema
Si dividir el libro en secciones es difícil, dividir cada sección es casi imposible, porque los textos poéticos de los profetas no tienen temas claros, son como vómitos en los que los temas se entrelazan, aunque siguiendo siempre algún orden poético entre los versos.
El versículo uno del capítulo 8 introduce la nueva sección.
El resto del capítulo ocho puede tener una estructura poética. La primera parte (2 al 6), bajo el tema de si conoce el pueblo a Dios o no, habla primero de los problemas políticos y luego de la corrupción religiosa. Los últimos versículos (11 al 14) hacen lo mismo pero en orden inverso. Los versículos centrales (7-10) son dos ilustraciones sacadas del contexto de la época de Oseas en las que se explica el juicio de Dios. En esta parte, nosotros vamos a plantearnos si conocemos verdaderamente a Dios y tres preguntas acerca de lo que estamos haciendo con respecto a esa relación.
Los versículos 1 al 6 del capítulo 9 hablan de las pérdidas que sufrirá Israel por sus actos, y los siguientes de la inminencia del juicio.
Desarrollo
“Dios de Israel, te conocemos”
1 Pon a tu boca trompeta. Como águila viene contra la casa de Jehová, porque traspasaron mi pacto, y se rebelaron contra mi ley.
2 A mí clamará Israel: Dios mío, te hemos conocido.
3 Israel desechó el bien; enemigo lo perseguirá.
4 Ellos establecieron reyes, pero no escogidos por mí; constituyeron príncipes, mas yo no lo supe; de su plata y de su oro hicieron ídolos para sí, para ser ellos mismos destruidos.
5 Tu becerro, oh Samaria, te hizo alejarte; se encendió mi enojo contra ellos, hasta que no pudieron alcanzar purificación.
6 Porque de Israel es también éste, y artífice lo hizo; no es Dios; por lo que será deshecho en pedazos el becerro de Samaria.
Los juicios de Dios no son arbitrarios. Dios había establecido un pacto, como si de un matrimonio se tratara, e Israel había sido infiel. Es ese el mensaje de la primera parte del libro de Oseas. Por este pacto, los Israelitas pensaban que por ese pacto, ellos conocían a Dios. Confiaban en su historia, en la disposición continua de Dios a pesar de sus infidelidades. Es curioso que Dios está adelantando la respuesta que le darán en el juicio. En este momento de riqueza no dirían nada, pero cuando Dios los castigue es cuando clamarán indignados: “Nosotros te conocimos, ¿no habíamos hecho un pacto? ¿no éramos tu pueblo?
Sin embargo, aquí Dios da dos muestras de por qué no le conocían. En primer lugar, sus vidas eran dirigidas por personas que no habían sido puestas por Dios. El primer rey de Israel fue puesto por Dios, Jeroboam I, sin embargo, posteriormente se desarrollaron una serie de dinastías que se sucedían a través de asesinatos y conspiraciones.
Pero además del aspecto político, en el religioso también le habían quitado a Dios el primer y único lugar. Ya desde este primer rey, por temor a que volvieran a unirse con la tribu del norte, se construyeron dos becerros para que los adorasen, afirmando que esos becerros eran los dioses que habían liberado a Israel de Egipto (Ver 1 Reyes 12:25-30).
¿Qué estaba haciendo en realidad Israel? Desechaste el bien. Esta expresión implica dos cosas, en primer lugar que desechó las cosas buenas, la vida de hacer el bien. En segundo lugar, desechó las bendiciones de Dios. Israel no entendió que era Dios quien le daba lo necesario (2:8) quiso más de la abundancia que se le prometía.
Israel olvidó, como se dice también en este libro, las condiciones del pacto: una relación exclusiva, un único Dios que dirigiera todos los aspectos de la vida del pueblo de Dios. Al dejar esto de lado, reconocía abiertamente que no conocía a su dios.
¿Les recuerdan estas frases a otras de Jesús? Jesús en el sermón del monte dijo algo parecido: Mateo 7:21-23. ¿Conoces a Jesús de verdad? ¿Estás en sintonía con él? ¿Qué significan para ti las palabras “Yo conozco a Jesús”? Él desea que lo conozcas como salvador, pero no sólo eso, él desea que lo conozcas como amigo. Quizás lo conoces como salvador, pero no has profundizado en una relación con él.
Tres preguntas
* Agricultura (7-8)
7 Porque sembraron viento, y torbellino segarán; no tendrán mies, ni su espiga hará harina; y si la hiciere, extraños la comerán.
8 Devorado será Israel; pronto será entre las naciones como vasija que no se estima.
Ya antes vimos cómo Dios les avisa de que la construcción de ídolos es para su propia destrucción. Esta idea se repite aquí: sembraron vientos y cosecharon torbellinos. El resultado de este torbellino es la pérdida de la cosecha, la espiga perderá su grano. Además, en el caso de que lo hubiera, Dios les advierte de que otros se la comerán. Israel será devorado por otros.
Efecto mariposa. Las alas de la mariposa, la bola de nieve, las acciones de la vida.
¿Qué estás sembrando para la iglesia? ¿Rumores, críticas, apatía? Estas cosas no son acciones independientes, son cosas que tienen un efecto que crece. Te animo a pedir la ayuda de Dios y que tomes la decisión de sembrar frutos que redunden en el crecimiento de la iglesia: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Entregar tu vida por otros, aunque no se lo merezcan, es sembrar para un fruto agradable a Dios.
* Comercio (9-10)
9 Porque ellos subieron a Asiria, como asno montés para sí solo; Efraín con salario alquiló amantes.
10 Aunque alquilen entre las naciones, ahora las juntaré, y serán afligidos un poco de tiempo por la carga del rey y de los príncipes.
Este es uno de los textos más difíciles de entender en este capítulo, no por su teología, porque contradiga algo, sino porque el lenguaje original es confuso. La Nueva Versión Internacional lo traduce así:
9 Los israelitas subieron a Asiria;
se apartaron como terco asno salvaje,
y Efraín se ha comprado amantes.
10 Pero aunque se los compre entre las naciones,
de allí volveré a reunirlos;
y comenzarán a retorcerse
bajo la opresión de un rey poderoso.
El v9 puede referirse a los impuestos que pagó Manahem a Asiria por protección.
Dios es un Dios celoso. Esta ilustración muestra que a Dios le desagrada enormemente que su pueblo busque amantes. Dios no deja a la deriva una relación en la que él se ha comprometido, no se queda impasible viendo cómo su esposa se aleja por otros. Dios ha decidido intervenir con juicio ante esta ruptura.
¿Podrá alejarse sin consecuencias? Jonás intentó huir de su responsabilidad ante Dios, y fue obligado a volver. David nos recuerda en el Salmo 139 :
7 ¿A dónde podría alejarme de tu Espíritu?
¿A dónde podría huir de tu presencia?
8 Si subiera al cielo,
allí estás tú;
si tendiera mi lecho en el fondo del *abismo,
también estás allí.
9 Si me elevara sobre las alas del alba,
o me estableciera en los extremos del mar,
10 aun allí tu mano me guiaría,
¡me sostendría tu mano derecha!
11 Y si dijera: «Que me oculten las tinieblas;
que la luz se haga noche en torno mío»,
12 ni las tinieblas serían oscuras para ti,
y aun la noche sería clara como el día.
¡Lo mismo son para ti las tinieblas que la luz!
Buscar más allá de lo que Dios nos ofrece, implica alejarse de Dios. E internamente, en nosotros hay un deseo de que Dios nos deje tranquilos haciendo lo que nos apetece. No le rechazamos abiertamente, pero le pedimos que nos deje algo de libertad para comerciar con amantes.
¿Nos deja Dios de verdad? Durante más de doscientos años, Dios le permitió a Israel alejarse y vivir de forma irresponsable ante el pacto. Pero Dios puso un límite. Nosotros tampoco podemos alejarnos de Dios sin que él nos deje. Aunque vivamos en época de gracia, Dios desea un pueblo que le sirva, y te llamará constantemente. No podrás escapar de él.
¿Con qué estás comerciando? ¿Estás comprando amantes? ¿Tienes otros amores que sustituyen al amor de Dios?
* ¿Qué estás edificando?
11 Porque multiplicó Efraín altares para pecar, tuvo altares para pecar.
12 Le escribí las grandezas de mi ley, y fueron tenidas por cosa extraña.
13 En los sacrificios de mis ofrendas sacrificaron carne, y comieron; no los quiso Jehová; ahora se acordará de su iniquidad, y castigará su pecado; ellos volverán a Egipto.
14 Olvidó, pues, Israel a su Hacedor, y edificó templos, y Judá multiplicó ciudades fortificadas; mas yo meteré fuego en sus ciudades, el cual consumirá sus palacios.
Israel edificó altares, palacios, murallas, casas, todo ello pensando únicamente en sí mismo. En los años en los que Oseas hablaba, recordemos que había un apogeo económico y militar. Aún no estaban sufriendo los males que se profetizaban, sino que todo iba con viento en popa, y se enorgullecían de ello.
Nos hemos preguntado ¿qué estás sembrando para la iglesia? ¿Con qué estás comerciando? Y ahora la pregunta que surge es ¿Qué estás edificando? ¿Para quién edificas? ¿Para ti mismo o para Dios y su pueblo?
Salmo 127
1 Si Jehová no edificare la casa,
En vano trabajan los que la edifican;
Si Jehová no guardare la ciudad,
En vano vela la guardia.
2 Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar,
Y que comáis pan de dolores;
Pues que a su amado dará Dios el sueño.
Todo lo que podamos edificar en nuestra vida, familia, iglesia, en vano nos esforzamos si no es Dios quien lo hace. Por mucho que sea el esfuerzo, que este no es malo en sí, si Dios no lo permite, no edificaremos nada, ni podremos resguardarlo de la destrucción, y él no nos ayuda a edificar lo que no le agrada
¿En qué tiene que estar puesta nuestra edificación? 1 Tes 5:11
En este pasaje se dice una frase impactante: “Le escribí las grandezas de mi ley, y fueron tenidas por cosa extraña” Tener por cosa extraña la palabra de dios, la ética de Dios, la relación con Dios. Ejemplo: egoísmo. “cada cual sabe lo suyo”, Dios no nos llama a una sólo a una relación personal con él, sino a una relación con la iglesia, de tal forma que los males de otros nos afecten a nosotros. Sin embargo, esta actitud nos resulta extraña, porque hemos olvidado al hacedor, la gracia que él tuvo con nosotros. Todo lo que nos resulte extraño es porque olvidamos lo que él ha hecho por nosotros.
Retroceso (9:1-6)
1 No te alegres, oh Israel, hasta saltar de gozo como los pueblos, pues has fornicado apartándote de tu Dios; amaste salario de ramera en todas las eras de trigo.
2 La era y el lagar no los mantendrán, y les fallará el mosto.
3 No quedarán en la tierra de Jehová, sino que volverá Efraín a Egipto y a Asiria, donde comerán vianda inmunda.
4 No harán libaciones a Jehová, ni sus sacrificios le serán gratos; como pan de enlutados les serán a ellos; todos los que coman de él serán inmundos. Será, pues, el pan de ellos para sí mismos; ese pan no entrará en la casa de Jehová.
5 ¿Qué haréis en el día de la solemnidad, y en el día de la fiesta de Jehová?
6 Porque he aquí se fueron ellos a causa de la destrucción. Egipto los recogerá, Menfis los enterrará. La ortiga conquistará lo deseable de su plata, y espino crecerá en sus moradas.
La situación de Israel era de alegría, tenía riquezas y poderío, pero esta alegría era temporal, acausa de la infidelidad de Israel.
* Alimentación (2-4)
Con respecto a las riquezas, Dios había prometido una tierra de leche y miel cuando estaban en Egipto, ahora estas cosas, la buena alimentación de la tierra no estaría, volverían a Egipto, volverían a la esclavitud. La alegría que experimentaban se acabaría.
Acordémonos que esto se decía en un tiempo de prosperidad. Como el que vivimos ahora ¿quién diría que con la administración de Jeroboam vendrían tiempos de escasez?
* Las fiestas vacías
Este pasaje muestra la vanidad de la riqueza, sino tenemos a Dios para presentársela. “tal vez les sirva para matar el hambre, pero no tendrán cabida en la casa del Señor” ¿Subsistir o vivir? El mensaje de Eclesiastés:
Eclesiastés 12:13-14
13 El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.
14 Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.
* Volver a Egpito
¿Conocemos a Dios? Ya se nombró en 8:13.
- Lo hemos quitado de su lugar
- No sembramos para él, y sembramos para nuestra destrucción
- Comerciamos con otros amores
- Edificamos para nuestra gloria, edificaciones que no perdurarán
- Volvemos atrás, a una vida vacía, sobreviviendo.
El colmo de la maldad
7 Vinieron los días del castigo, vinieron los días de la retribución; e Israel lo conocerá. Necio es el profeta, insensato es el varón de espíritu, a causa de la multitud de tu maldad, y grande odio.
8 Atalaya es Efraín para con mi Dios; el profeta es lazo de cazador en todos sus caminos, odio en la casa de su Dios.
9 Llegaron hasta lo más bajo en su corrupción, como en los días de Gabaa; ahora se acordará de su iniquidad, castigará su pecado.
En estos tres versículos hay un componente poético: uno-dos-uno. Los dos unos son una expresión de la inmediatez del castigo. El centro se expresa el síntoma que refleja la gravedad de la situación, cuando al profeta se le ignora.
Las palabras sobre el profeta son difíciles de entender. Pueden haber dos sentidos, o que los falsos profetas son necios, y sus palabras son vacías. O que al verdadero profeta se le tiene por necio.
Sin embargo, en las circunstancias en las que se vivía en la época de Oseas, las dos cosas son válidas. Abundan enseñanzas falsas y se da oído a la falsedad y se cierran en banda hacia la verdad, desprestigiando a los mensajeros de Dios. Sea cual sea el sentido, las dos cosas suceden.
Conclusión
Si no eres hijo de Dios
No sé cómo está tu vida, pero Dios te llama a una relación con él, Dios se ha dado a conocer. Otros te enseñarán otras cosas, pero sólo la verdad acerca de tu vida está en Dios. Dios ha postergado el juico a personas y naciones, ese juicio que se anunciaba en el Antiguo Testamento sigue siendo vigente para la humanidad, pero postergado, siendo paciente porque su deseo es que más personas puedan formar parte de su pueblo, puedan recibir de su amor.
Si eres hijo de Dios
Si ya eres hijo de Dios, nuestra reflexión debe ser ¿le conocemos con profundidad? ¿Estamos creciendo en ese amor? ¿Es él nuestro amor principal o tenemos otros? Si tu pregunta es ¿cómo amar a Dios? Voy a dar tan sólo una ilustración.
Foto de Cullan Smith en Unsplash
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