Introducción

* Afirmaciones

Cuando alguien nos pregunta algo comprometido, hemos creado muchas formas para no dar una respuesta afirmativa contundente. Por ejemplo, a los maridos nos pregunta nuestra mujer, ¿te gusta la ropa nueva que me compré? Entonces si no es de nuestro agrado, como no queremos mentir, pero tampoco ofender, decimos una especie de “humm”. Si sigue insistiendo decimos un “si” bajito, alargando la “s”. Cuando ya se mosquea y nos pone en compromiso, pues o le decimos la verdad o le decimos que sí y además tenemos que insistir para que nos crea.

Quizás los hebreos tenían una ventaja, y es que ellos no tienen la afirmación con una palabra como en la mayoría de los idiomas que conocemos “sí”, “oui”, “yes”, “ya”. Ellos tenían que repetir las palabras. Si le preguntaban si le gustaba la ropa nueva, tenían que decir “me gusta”.

Eso es lo que sucede en este texto y quería mencionarlo como introducción y nada más que a título de curiosidad. Al preguntarle a los sacerdotes ¿será inmundo algo que…? Los sacerdotes responde: “inmundo será”.

* Los tiempos de Dios

No somos los primeros que nos hemos enfrentado a los tiempos de Dios. Para él un año es como mil días y mil días como un año. A veces pensamos que Dios aplicaba sus leyes de forma más regular, si “se portaban bien”, bendecía; si “se portaban mal”, maldecía, y esto de forma instantánea. Pero estudiando detenidamente los textos vemos que esta inmediatez no era del todo real.

Por ejemplo, a la hora de castigar, Dios fue muy paciente. Quizás en la época de los jueces se ve más que Dios actuaba en poco tiempo mandando una nación que les invadiera como respuesta a su maldad. Pero después de David, con sus descendientes y con la maldad del reino del norte no fue así. Pasaron muchos años y una dinastía muy larga con más reyes malos que buenos, hasta que Dios decidió finalmente castigarlos con todo aquello que había predicho que venddría: muerte, invasión y exilio.

Otro ejemplo más personal e inverso es Job, un hombre justo que sufrió más que otros muchos que habían cometido males. Tuvo que esperar mucho tiempo para recibir nuevamente la bendición.

Hoy vamos a hablar de los tiempos de Dios en un texto de Hageo, no para comprender porqué Dios tarda tanto a veces, o porqué es tan inmediato en otras ocasiones, sino para animarnos a aceptar esos tiempos, a mantener la fe en él medio de tantas dudas.

Contexto

Como siempre, antes de continuar tenemos que hacer un pequeño repaso para saber dónde estamos.

Contexto histórico

Israel había estado 70 años en el exilio, 70 años muchas personas fuera de su tierra. Después de 70 años un buen número de ellos habían regresado y con el primer entusiasmo comenzaron a edificar el templo, pero por desgana y por temor a los pueblos vecinos habían parado la construcción. Unos diez años después dos profetas, Hageo y Zacarías, animan al pueblo para continuar la obra.

Contexto del texto

Este es el tercero de cuatro mensajes de Hageo. El primero sucedió justo tres meses antes, a todo el pueblo. Hageo les llamó a reflexionar sobre la consecuencia de sus vidas por haber dejado de lado la edificación del templo, objetivo principal por el que habían regresado a la tierra desde Persia. En este libro tenemos registrada también la reacción positiva del pueblo ante esta predicación.

El segundo mensaje, casi dos meses antes, fue dirigido también al pueblo por el desánimo ante la difícil labor de la reedifiación, por falta de material y ante la idea de que el templo no iba a tener el resplandor del de Salomón. 

División del texto

Aunque no tiene tanta importancia, algunos eruditos han dicho que este capítulo sigue el mismo esquema que la primera parte del capítulo 1: fecha y acusación,  y luego dos secciones que comienzan con un llamado a la reflexión. Además, también es cierto que aunque de forma distinta, se sigue el tema de la escasez en sus cosechas.

v.10 : nos introduce cuándo y a quién está dirigida la profecía

vv. 11-14: una ilustración sobre lo santo y lo inmundo

vv. 15-19: llamado a la meditación sobre nuestra vida y a mantener la confianza. 

Contraste con los pasajes anteriores

Este pasaje ha sido más difícil de estudiar a la hora de tomar aplicaciones. Además es uno de los pasajes más complicados, sino el más complicado,  y tedioso de comprender, del libro. Tenemos que hacer referencia a cosas que no entendemos fácilmente, pero espero que de todas maneras nos sea útil, no para saber más cosas, sino para exhortación a todos. Así que advierto que tenemos algo de contenido denso sobre algunas cosas que quizás no nos interesen tanto, pero no por ello debemos dejar de estudiarlas.

No obstante y a pesar de todo ello, al final veremos unas conclusiones personales, que quizás puedes pensar que no son nada novedosas, pero no dejan de ser necesarias y aplicables para el mundo en el que vivimos hoy.

Tiempo y personas

10 A los veinticuatro días del noveno mes, en el segundo año de Darío, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo: 

Hay dos diferencias aquí con respecto a los otros textos, 

* El tiempo

Los discursos anteriores fueron dichos en época de fiestas, pero en esta ocasión no es así, quizas, entre otras cosas, porque las palabras de Hageo no está dirigidas a todo el pueblo, como veremos después y no era preciso acudir en un día de fiesta para que estuvieran todos.

Pero el tiempo en el que fueron dichos también tiene importancia. Habían transcurrido tres meses desde el primer discurso, y casi dos meses desde el segundo. Todavía el templo no estaba construido, tardarín como unos cuatro meses más. Hay que ponerse en la situación de que tres meses después del primer fervor, ya no habían tantos ánimos, y además de la construcción del templo seguían teniendo sus propios negocios y trabajos.

El mes noveno hebreo está entre nuestros meses de noviembre y diciembre, y estos eran momentos en los que se sembraba. Esto es importante que lo tengamos en cuenta, porque el texto va a hablar de las cosechas.

* A quíen se dirige

Como ya he mencionado son cuatro los discursos de Hageo. Las dos primeras están dirigidas a los lideres en particular pero a todo el pueblo, con el fin de estimularlos a la construcción del templo. Las otras dos, ésta y la que veremos el próximo estudio, están dirigidas a un grupo de personas más reducido. 

En este caso, a Hageo y a los sacerdotes. Aunque en la versióin Reina Valera dice en el v.10 «por medio del profeta Hageo», originalmente dice «Al profeta Hageo «, y así se registra en otras versiones.

Aunque al final las palabras de Dios implicaban también a todo el pueblo y llegarían también a ellos, originalmente los destinatarios eran pocos.

* Resumiendo

¿Para qué todo esto? Tiene un sentido. Uniendo todo lo que sabemos, podríamos suponer que después de un tiempo en el que el pueblo estaba trabajando, después de unos meses en los que seguían edificando, pero que aún no veían de forma directa e inmediata las bendiciones de Dios, el desánimo les invadiría nuevamente, incluso hasta el mismo Hageo y los sacerdotes pudieron haberse preguntado: si ya estamos obedeciendo, ¿porqué todavía tenemos escasez? ¿Dónde está la abundancia?

Estaban en época de siembra ¿podrían tener por fin una buena cosecha?

Santo e inmundo

11 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Pregunta ahora a los sacerdotes acerca de la ley, diciendo: 

12 Si alguno llevare carne santificada en la falda de su ropa, y con el vuelo de ella tocare pan, o vianda, o vino, o aceite, o cualquier otra comida, ¿será santificada? Y respondieron los sacerdotes y dijeron: No. 

13 Y dijo Hageo: Si un inmundo a causa de cuerpo muerto tocare alguna cosa de estas, ¿será inmunda? Y respondieron los sacerdotes, y dijeron: Inmunda será. 

14 Y respondió Hageo y dijo: Así es este pueblo y esta gente delante de mí, dice Jehová; y asimismo toda obra de sus manos; y todo lo que aquí ofrecen es inmundo. 

* Los sacerdotes

A los judíos les gustaba discutir y hablar sobre los textos. En el libro el Médico, novela histórica bien documentada en la que se recogen muchas costumbres hebreas del siglo X, se plantea esto, había una persona a la que la gente le preguntaba cosas sobre su cultura y su ley, y discutían sobre ello. Pero más atrás, los escribas y fariseos le planteaban a Jesús cuestiones de interpretación, lo que era normal, aunque en ese caso para pillarles. Más atrás, Jesús mismo fue al templo en una ocasión y allí él se reunión con doctores de la ley y discutía con ellos. 

Los sacerdotes eran los encargados de interpretar la ley. Aunque Dios hablaba a través de profetas que no tenían ninguna relación con una tribu en especial o con una tradición familiar, eran sin embargo los sacerdotes quienes tenían la labor principal de enseñar e interpretar la ley: 

Deuteronomio 17:8-9

8 Cuando alguna cosa te fuere difícil en el juicio, entre una clase de homicidio y otra, entre una clase de derecho legal y otra, y entre una clase de herida y otra, en negocios de litigio en tus ciudades; entonces te levantarás y recurrirás al lugar que Jehová tu Dios escogiere;

9 y vendrás a los sacerdotes levitas, y al juez que hubiere en aquellos días, y preguntarás; y ellos te enseñarán la sentencia del juicio.

10 Y harás según la sentencia que te indiquen los del lugar que Jehová escogiere, y cuidarás de hacer según todo lo que te manifiesten.

11 Según la ley que te enseñen, y según el juicio que te digan, harás; no te apartarás ni a diestra ni a siniestra de la sentencia que te declaren.

Además era también responsabilidad de los sacerdotes la de distinguir entre las cosas que eran santas, limpias, inmundas o profanas (Levítico 10:10).

* Santo o inmundo

Estas palabras las podemos confundir con facilidad. Derek Tidball, hace la distinción entre estas cuatro palabras, que a veces malinterpretamos y no entendemos.

En el contexto del Antiguo Testamento, inmundo no significa necesariamente pecaminoso. Una persona o cosa era inmunda si tenía una enfermedad, como la lepra, o simplemente si tenían contacto con un cadáver. Esto no tenía nada que ver con si había pecado o no, como confundían también los fariseos y escribas. Esa inmundicia tenía después un proceso para recuperar la limpieza.

El estado normal, la de no ser inmundo, era el de ser limpio. Es decir, no contaminado por cosas inmundas, como el cadáver u otra cosa ya inmunda, o por enfermedad.

El estado de santo, no era sin pecado, ya que eso era la limpieza. El estado de santo lo tenían las cosas que se consagraban o se sacrificaban a Dios, y las personas dedicadas a su servicio, sobre todo los sacerdotes. Eso sí, para ser santo era preciso estar limpio.

* Las preguntas

  1. La influencia de lo santo

12 Si alguno llevare carne santificada en la falda de su ropa, y con el vuelo de ella tocare pan, o vianda, o vino, o aceite, o cualquier otra comida, ¿será santificada? Y respondieron los sacerdotes y dijeron: No. 

Las cosas santas podían convertir algo limpio en santo al entrar en contacto con él. Por ejemplo, el altar de los holocaustos (Exodo 29:37), o la carne del sacrificio (Levítico 6:18, 27). Sin embargo, algo que había tocado la carne, como la ropa, no podía ya contagiar, por así decirlo, la santidad a otra cosa o persona.

  1. La influencia de lo contaminado

13 Y dijo Hageo: Si un inmundo a causa de cuerpo muerto tocare alguna cosa de estas, ¿será inmunda? Y respondieron los sacerdotes, y dijeron: Inmunda será. 

Sin embargo, las cosas contaminadas por haber tocado algo contaminado, sí podían seguir transmitiendo la condición de inmundo, incluso si algo era santo, podía convertir lo santo en inmundo: Levítico 22:4-7; Números 11:11-20

En este último texto, fíjense que el que es inmundo y no se purifica, ahí es cuando tal persona comete pecado, y entonces es cortada de su pueblo.

Dice en el libro de proverbios “enseña al niño en su camino y aún cuando fuere viejo no se apartará de él”. Y es que hay cosas que te enseñan desde niño que se te quedan grabadas. Una de las cosas que nunca he olvidado es cuando me decían de pequeño en varias ocasiones: “cuando tú pones una manzana estropeada al lado de una manzana buena, la manzana estropeada no se vuelve buena, sino que es ella la que se estropea”. Algo así pasaba: de foma natural, la influencia de la contaminación es mayor que la de la limpieza.

* Interpretación del texto

14 Y respondió Hageo y dijo: Así es este pueblo y esta gente delante de mí, dice Jehová; y asimismo toda obra de sus manos; y todo lo que aquí ofrecen es inmundo. 

En este caso el escritor nos hace una especie de comparacíon y ahora nos da su interpretación. Pero Hageo, o más bien el paso del tiempo, porque quizás con la distancia en el tiempo hemos perdido el sentido original, nos ha dejado sin saber exactamente a qué se refería. Es una interpretación que nos ha dejado más dudas que aciertos.

Y es que de hecho,  no hay consenso a la hora de interpretar este texto. ¿Qué es lo inmundo? ¿Por qué es inmundo? ¿Qué es lo santo? ¿Qué relación tiene las dos preguntas con el pueblo?

La opinión más defendida es que lo santo era el altar que ya estaba construido, y lo inmundo era la desobediencia por haber tardado tanto en construir el templo. El pueblo sinedo inmundo no se volvía santo por tener contacto con el santuario, sino quizás todo lo contrario, lo contaminaba.

Sin embargo, ¿es una nueva reprensión lo que tenemos aquí? Algunos autores, y yo defiendo esa teoría, no porque sepa hebreo, sino por el contexto, dice que esta expresión puede ser en pasado: “así era este pueblo, y toda la obra de sus manos y lo que ofrecen”, todo era inmundo.

Es una referencia a la situación pasada, porque en ese momento, el pueblo ya estaba obedeciendo, seguía construyendo el templo.

Resumiendo hasta aquí: el pueblo esta en una situación de obediencia, pero aún no veía las bendiciones de Dios, Dios les recuerda porqué no las tenían, por su pasado. En los siguientes tres versículos lo vemos otra vez:

Dos meditaciones

15 Ahora, pues, meditad en vuestro corazón desde este día en adelante, antes que pongan piedra sobre piedra en el templo de Jehová. 

16 Antes que sucediesen estas cosas, venían al montón de veinte efas, y había diez; venían al lagar para sacar cincuenta cántaros, y había veinte. 

17 Os herí con viento solano, con tizoncillo y con granizo en toda obra de vuestras manos; mas no os convertisteis a mí, dice Jehová. 

18 Meditad, pues, en vuestro corazón, desde este día en adelante, desde el día veinticuatro del noveno mes, desde el día que se echó el cimiento del templo de Jehová; meditad, pues, en vuestro corazón. 

19 ¿No está aún la simiente en el granero? Ni la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de olivo ha florecido todavía; mas desde este día os bendeciré.

“Ahora pues”: no es una expresión que indique acusación, sino el texto va a ser de aliento. Por eso es que el tiempo pasado encaja mejor. De hecho, voy a leer estos versículos en la NVI:

15 »Ahora bien, desde hoy en adelante, reflexionen. Antes de que ustedes pusieran piedra sobre piedra en la casa del Señor,16 ¿cómo les iba? Cuando alguien se acercaba a un montón de grano esperando encontrar veinte medidas, sólo hallaba diez; y si se iba al lagar esperando sacar cincuenta medidas de la artesa del mosto, sólo sacaba veinte.17 Herí sus campos con quemazón y con plaga, y con granizo toda obra de sus manos. Pero ustedes no se volvieron a mí —afirma el Señor

* Las consecuencias que recibieron en el pasado

Estas frases son un recordatorio de lo que había pasado, y que se entiende que aún vivían las consecuencias.

Como ya vimos antes, primero hace un llamado a la reflexión, recordar y aplicar lo que ya saben sobre sí mismos, y sobre la ley. Antes habían recogido poco de todo lo que esperaban tener, porque Dios había interrumpido esa cosecha, la había herido como ya lo habían dicho que sucedería ante su desobediencia, en el libro de Deuteronomio.

Es curioso que Dios haya utilizado la idea de contaminación por muerto, porque la limpieza, y por lo tanto la restauración total con la comunidad y la adoración a Dios no se producía hasta siete días después, no era algo inmediato, así es que es como si Dios les dijera, oye, que las cosas no son tan rápidas. Ustedes hasta hace poco han sufrido escasez por su desobediencia, pasará un tiempo todavía en el que no tendrán abundancia. La restauración total no es inmediata.

Las cosas llevan su tiempo, de hecho, hasta la expresión “piedra sobre piedra”, les indica que la construcción del templo también llevaría su tiempo.

Esto es sólo una suposición, pero ¿y si quizás pasara que si Dios diera inmediatamente la abundancia lo que pasara es que hubiera dejado otra vez el templo a la mitad? Eso no lo sabemos.

Es curioso también que Hageo se expresa de forma muy parecida a la del profeta Amós, que había vivido hacía más de dos siglos antes (Amós 4:9). 

* Meditad en lo que queda

18 Reflexionen desde hoy en adelante, desde el día veinticuatro del mes noveno, día en que se colocaron los cimientos de la casa del Señor. Reflexionen:19 ¿Queda todavía alguna semilla en el granero? ¿Todavía no producen nada la vid ni la higuera, ni el granado ni el olivo? ¡Pues a partir de hoy yo los bendeciré!»

No está todo destruido, queda la simiente, la raíz, la posibilidad, lo potencial. Y Dios hará que surja.

Dios está tratando, en el sentido médico y curativo, una posible o ya difundida enfermedad en el pueblo, una segunda decepción, el ver que el tiempo pasaba y las bendiciones que Dios había prometido todavía no se cumplían. Esa nueva decepción podría llevar de nuevo al pueblo a que lo que estaban haciendo no tenía sentido, y tenderían otra vez hacia el egoísmo.

Por otro lado, es curios que en este texto en el original se cambia la palabra para definir a la casa de Dios, y ahora se usa la palabra para hablar de un lugar lujoso, especial de los nombres, como si dijéramos “palacio”.

Conclusiones

* La ley sigue teniendo aplicación.

Su sentido original nos incumbe todavía. Los valores culturales y rituales de aquellos tiempos tenían un fundamento detrás que debemos descubrir. Al comprender esos valores, podremos después aplicarlos a nuestra vida.

Jesús dijo que él no vino a abrogar nada de la ley, sino a cumplirla. 

Necesitamos aprender, no sólo escuchar, yo creo que tenemos que reivindicar de nuevo nuestra memoria, aprender de memoria, para luego reflexionar, rumiar lo que hemos aprendido.

* Ya tenemos ejemplo

“Te lo dije”. A veces lo decimos mal dicho, queriendo añadir daño. Pero en ocasiones, es necesario hacer recordar y un repaso de lo que ha sucedido para aprender, aunque ya teníamos las advertencias, continuamos adelante.

¿No tenía las advertencias en la ley en Deuteronomio? ¿No había pasado ya en los tiempos de Amós? Así y todo, lo hicieron, y las consecuencias aún persisten.

* Jesús rompe lo natural

Antes hice referencia a las manzanas, la influencia de lo inmundo, de forma natural, es más poderosa que la influencia de la limpieza. 

Sin embargo, Jesús vino al mundo a interrumpir ese proceso, 

Leer texto de Romanos 5

Tener en cuenta las historias en los evangelios de cuando Jesús cura a los leprosos o la mujer con flujo de sangre que toca el mando de Jesús.

* Perspectivas futuras

A veces estudiar las cosas futuras en la Biblia no nos gusta, nos refleja el dolor, por el que podríamos pasar nosotros o nuestros familiares. Pero no podemos estudiarlas sólo a través del dolor y de las consecuencias que va a sufrir la tierra por su maldad.

También verlo desde la perspectiva de lo que va a venir. Detrás del castigo y el arrepmentimiento vendrá la restauración, aunque a veces tarde.

* La cosecha vendrá

Sin embargo, las consecuencias no perdurarán. Espera la cosecha, vendrá y disfrutarás de sus frutos. No esperemos en la bendición inmediata, como sabemos quizás ni si quiera las disfrutemos en esta tierra.

Es curioso, como hemos visto, que Hageo tiene también referencias a los tiempos que aún no se han cumplido, y de hecho, el último texto que veremos la próxima vez habla de nuevo de estos tiempos futuros que tampoco hemos vivido nosotros.

Pablo también tuvo que enfrentarse a la desesperación de algunos que deseaban la venida inminente de Jesús.

Hoy podemos tener la misma desesperación en esos dos sentidos: las bendiciones en esta tierra y la espera de que Jesús venga.

* ¿Y mientras?

En estos textos se nos muestra que la economía y lo que sucede muchas veces en nuestra vida social depende más de nuestra moral y relación con Dios que de nuestro hacer, esfuerzo o inteligencia, que de “la obra de nuestras manos”

Leyendo sobre la crisis actual, he escuchado en diferentes ocasiones que todo ha sido por avaricia. Ahora se ha hecho un gran esfuerzo por parte de muchas organizaciones para superar la crisis, pero los valores avaros y egoístas se mantienen. Estos esfuerzos serán un parche más, pero si no cambian esos valores volveremos a caer en otra situación quizás más difícil de levantar.

Es curioso cómo en un texto que leí esta semana se decía que esta crisis ha provocado una reducción del individualismo.

Nosotros como cristianos tenemos que ser luz, tenemos que poner nuestro grano de arena. Y lo que tenemos que hacer no es solucionar las cuestiones monetarias, de empresa, de empleo, de contratos, etc. Lo que tenemos que hacer es vivir conforme a la ética del amor y de la gracia de Dios, influenciando así a los que están a nuestro alrededor, cambiando los valores de la sociedad.

De forma natural, nosotros deberíamos ser influenciados por el mundo, y eso sucede muchas veces, pero en nosotros está el poder de Dios que actúa para que podamos ser verdaderamente sal y luz del mundo.

Quizá no lo consigamos, quizás no veamos el fruto de nuestro trabajo, pero Dios nos dice, no te preocupes, espera, la recompensa vendrá, tú sigue trabajando para edificar la iglesia de Dios en calidad y en cantidad.